Acompañar
Psicóloga en Granada especialista en ansiedad y en depresión
Acompañar
“Participar en los sentimientos de alguien”, así define la RAE el verbo acompañar (quinta acepción).
Algo que toma especial relevancia cuando esa persona a la que queremos acompañar está pasando por un mal momento. ¿Qué puedo hacer para ayudarle? ¿Cómo puedo aliviar su carga?
Esta semana vamos a conocer en qué consiste el acompañamiento emocional, y aprenderemos algunas claves para acompañar bien. En muchas ocasiones no se trata de saber qué hacer, sino más bien de saber estar. Aprender a acompañar a los demás, tanto en el éxito, como en los momentos difíciles, es clave para cultivar relaciones sanas, duraderas y enriquecedoras.
¿Qué es el acompañamiento emocional?
El acompañamiento emocional es el apoyo o ayuda a otra persona, desde la presencia y la escucha, mostrando comprensión y entendimiento, pero sin dirigir, invadir ni intentar gestionar, cambiar o apropiarnos de la vivencia emocional del otro. Como decíamos, es más saber estar, que saber hacer.
El acompañamiento emocional requiere respeto por el otro, por su proceso y, por tanto, por el espacio y tiempo que necesite en ese proceso. Acompañar supone ponerse al servicio de la otra persona, sin dirigir, sin juzgar. Por eso, no siempre estamos en condiciones de poder acompañar al otro, aunque queramos aliviar su dolor. Aunque parezca sencillo, cuando vemos sufrir a un ser querido es difícil acompañar sin intervenir, sin intentar hacer algo para paliar ese sufrimiento, hasta tal punto de que se puede convertir en una autoexigencia que desemboque en un sentimiento de culpabilidad. “Está sufrimiento y no sé cómo ayudarle”.
¿Qué necesito para acompañar bien?
Para poder acompañar bien a una persona que está pasando por un mal momento, es imprescindible que nosotros también estemos bien y dispongamos de tiempo y de algunas habilidades. Algunos requisitos para acompañar bien:
- Seguridad y tranquilidad. Acompañar a alguien que lo está pasando mal genera emociones en nosotros mismos, Es muy difícil hacer un buen acompañamiento desde la ansiedad, con miedo o inseguros.
- Atención plena en el proceso. Es necesario estar presentes, para centrarnos en el proceso de la otra persona.
- Tiempo disponible. Para poder acompañar emocionalmente a alguien tengo que tener tiempo. No puedo acompañar bien al otro si tengo prisa, estoy pensando en lo que tengo que hacer después o me están esperando en algún otro sitio.
- Escucha activa. Focalizar toda nuestra atención en querer comprender al otro, sin juzgar.
Sin estos requisitos, es posible que no estemos en disposición de acompañar y puede ser contraproducente.
Es posible que la persona no se sienta tenida en cuenta. Por tanto, si tomo la decisión de estar junto a alguien que está transitando un momento difícil de su vida, debo ser consciente del compromiso que requiere.
¿Cómo ayudar a alguien que lo está pasando mal?
No es fácil ver sufrir a una persona que queremos. En general, como dice el filósofo surcoreano afincando en Berlín Byung-Chul Han, “en la sociedad del ‘me gusta’ tenemos fobia al sufrimiento”. Por ello, cuando alguien al que queremos lo está pasando mal, intentamos buscar la fórmula mágica o encontrar las palabras adecuadas para que se sienta bien y salga de ese sufrimiento de forma instantánea. No obstante, como ya hemos visto, un buen acompañamiento requiere tiempo, paciencia y respeto.
Veamos algunas formas de acompañar en el sufrimiento:
1. Respeta el proceso. En lugar de intentar entretener y distraer al otro para paliar su sufrimiento. Estate presente, escucha y presta atención a sus necesidades. Es posible que quieta estar solo, llorar, gritar… respeta su proceso dejando claro que estás ahí para lo que esa persona necesite.
2. No le quitas importancia. En el intento de querer ayudar al otro, muchas veces tendemos a quitar importancia a lo que le pasa, algo que puede ser contraproducente y acentuar su malestar y sentimiento de soledad.
3. No lo juzgues. Cuando pasamos por un mal momento, todos nos volvemos irascibles e incluso mal educados. Entiende que su actitud responde a un momento concreto, que realmente esa persona no suele comportarse así. No lo juzgues ni le reproches su compartimiento. Nuestro enfado puede impactar aún más en su malestar y tener importantes consecuencias negativas en nuestra relación.
4. Deja que él decida qué hacer. Cuando acompañamos a alguien que sufre, pensamos tener la solución para que salga del pozo. Pero no es así. Acompañar emocionalmente no significa decidir por el otro, ni convencer o imponer al otro “la solución”. No se trata de nosotros, sino del otro y solo él sabrá qué hacer cuando atraviese la fase del dolor, y esté preparado para continuar de nuevo su camino.
5. Cuida los detalles. En situaciones difíciles todo cuenta. Cuida cada detalle, aléjate de temas o comportamientos que puedan afectar al otro –quizás no sea el momento para sacar ciertos temas- y aprovecha para demostrar tu amor por esa persona con pequeños detalles gratificantes. Aunque parezcan insignificantes, pero ayudar en el proceso.
En momento difíciles como los que estamos viviendo, es muy importante que aprendamos a acompañarnos bien, desde el respeto y el entendimiento. Seamos conscientes de la importancia del tiempo y el espacio para superar las diferentes fases. Aunque vivamos en la sociedad de ‘lo instantáneo’, no todo se puede obtener a golpe de click.