Psicóloga en Granada
Julieta Domenicone, Terapia Gestalt en Granada.
Psicologa en Granada
“Afición o inclinación hacia alguien o algo”. Así define la Real Academia Española (RAE) la palabra apego. Sin embargo, entender los tipos apegos que experimentamos a lo largo de la vida y sus consecuencias es algo mucho más complejo. No es lo mismo el apego que sentimos durante la infancia hacia nuestros padres, que el apego que puedo desarrollar hacia mi pareja, amigos, o incluso hacia cosas materiales en la vida adulta, aunque eso sí, están estrechamente relacionados.
Las relaciones con los progenitores durante la infancia, y sus consecuencias en la forma de relacionarlos en la vida adulta, ha sido un tema recurrente para psicólogos y escritores. Un buen ejemplo es la obra ‘Apegos feroces’ de la escritora neoyorquina Vivian Gornik, un relato autobiográfico sobre cómo influye la relación con su madre desde niña en los vínculos que la autora desarrolla con sus parejas u otras mujeres de su entorno, durante su vida adulta.
En este post vamos a analizar los tipos de apegos, así como las consecuencias que pueden tener en nuestra vida, o las claves para gestionarlo.
¿Cuáles son los tipos de apegos?
John Bowlby (psicoanalista inglés), incluye en su Teoría del apego cinco tipos:
- Apego seguro. Se da cuando la persona cuidadora aporta seguridad al niño, y éste se siente protegido, utilizando esa seguridad para explorar su entorno. Este el tipo de apego más sano de todos y favorece un buen desarrollo del niño en la vida adulta.
- Apego ansioso. La persona cuidadora o progenitor es excesivamente protector, generando cierta dependencia en el niño. Puede favorecer el miedo al abandono en la vida adulta.
- Apego ambivalente. Se da cuando la presencia del cuidador no es constante y consistente, lo que genera cierta incertidumbre en el niño. Puede generar ansiedad en la vida adulta, por la presencia inconsistente del cuidador durante la infancia.
- Apego evitativo. Se da cuando los cuidadores no proporcionan seguridad al niño, lo que genera cierto distanciamiento emocional en el niño. Puede desarrollar problemas de autoestima y de relaciones íntimas con los demás en la vida adulta.
- Apego desorganizado. Conducta insegura o negligente del progenitor, lo que genera en el niño rechazo e incluso miedo hacía la persona cuidadora. Puede favorecer la inseguridad e impulsividad en la vida adulta.
¿Qué es el apego emocional?
Como hemos visto, el apego es el tipo de relación afectiva que establecemos con otras personas. Si no se trata de una relación sana, estos apegos pueden convertirse en una fuente de sufrimiento durante la vida adulta. Un ejemplo de ello es el denominado apego emocional, lo que conlleva una gran dependencia o incluso obsesión por otra persona en la que, pensamos erróneamente, reside nuestra felicidad. El miedo a perder a esa persona condiciona nuestra forma de vida hasta el punto de dejar de ser nosotros mismos, de hacer las cosas que nos gustan, de disfrutar de la compañía de otras personas, etc. Este tipo de apego acaba mermando nuestra autoestima y seguridad.
El apego o dependencia emocional suele ser muy frecuente en las relaciones que establecemos con lo demás, por lo que es muy importante aprender a identificarlo para salir de ahí y poder relacionarnos de forma sana e independiente.
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¿Cómo reconocer el apego emocional?
Es importante tener en cuenta que todas las relaciones tienen cierto grado de dependencia. El problema es cuando no se trata de una dependencia sana, sino de una obsesión marcada por el miedo a la pérdida de esa persona, a la soledad o el abandono. Algunas claves para reconocer el apego emocional:
- Priorizar el deseo de la otra persona al mío.
- Pensar que mi felicidad reside en la otra persona.
- Necesidad de involucrar a la otra persona en todas nuestras actividades.
- Miedo constante a la pérdida de esa persona, lo que genera ansiedad e intranquilidad.
- Sentimiento de culpabilidad cuando pienso diferente, o realizo alguna actividad sin la aprobación de esa persona.
- Pensamiento de permanencia, de “para toda la vida”. No concibo la ruptura.
- ‘Te necesito’. Sentir que necesitas a esa persona para tu bienestar.
Estas son algunos de los pensamientos o sentimientos que me pueden llevar a identificar un apego o dependencia emocional. Recuerda que no se trata de necesitar, sino de elegir y preferir a esta persona.
¿Qué consecuencias puede tener los apegos?
El apego influye en la forma de estar en el mundo, de vernos a nosotros mismos, de relacionarnos con los demás y de las experiencias que vivimos. El apego insano, de dependencia emocional ya sea de nuestra pareja, familiares o amigos, puede tener importantes consecuencias en nuestro bienestar.
- Baja la capacidad de autocontrol.
- Merma la autoestima.
- Genera ansiedad o intranquilidad por el miedo constante a la pérdida.
- Dependencia de la aceptación externa.
- Favorece la disociación cognitiva.
- Limita las relaciones con otras personas y la búsqueda de nuevas experiencias.
- Dificulta el desarrollo personal y laboral.
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¿Cómo te puedo ayudar a salir de un apego emocional?
La terapia puede ser de gran ayuda para identificar y salir de una relación de apego o dependencia emocional. Algunos pasos que se pueden seguir en terapia:
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