Identidad
“En mi vida toda va bien, la familia bien, el trabajo bien, los niños bien….Pero yo no estoy. Quiero desaparecer”
Un deseo perturbador de querer huir de la propia realidad se apodera de nosotros en estos casos.
Este es uno de los motivos de consulta más frecuente entre personas de entre 30 y 45 años, que acuden a Julieta Domenicone para solicitar un tratamiento psicológico en Granada.
¿Qué está ocurriendo en estos casos? ¿Por qué con el paso del tiempo y el exceso de responsabilidades nos vamos perdiendo en el camino? ¿Nunca he tenido una identidad sólida o la he perdido?
Estas son las cuestiones acerca de la pérdida de identidad que vamos a tratar en este post, pero para saber que es aquello que hemos perdido, primero debemos saber qué es la identidad.
Identidad.
La identidad en psicología es la imagen consciente que tenemos de nosotros mismos en función de nuestras creencias, conductas e historia.
Este apasionante proceso de construcción se inicia en la infancia y constituye una búsqueda activa y constante a lo largo de nuestra vida. Esta búsqueda de nosotros mismos y de nuestra propia identidad viene acompañada de innumerables conflictos que son necesarios para alcanzar la madurez.
¿Qué es la pérdida de identidad?
La pérdida de identidad son estados que transitamos, en los experimentamos profundas dudas sobre quienes somos, como vemos el mundo, cuales son nuestras necesidades y sobre nuestro criterio en la toma de decisiones.
Son momentos muy angustiantes, en los que nos sentimos perdidos y nos desconectamos de nuestras capacidades.
Nos sentimos bloqueados, frustrados e indefensos y esto produce mucho dolor.
Las crisis de identidad pueden ser pasajeras o bien instaurarse, si no se detectan a tiempo.
Otra posibilidad con este tipo de crisis es que se tomen decisiones vitales, que pongan en riesgo aquello que he construido a lo largo de mi vida.
Síntomas de la pérdida de identidad:
- Sensación de no reconocimiento propio: no me reconozco: ni en mi forma de pensar, ni en mi modo de actuar.
- Instauración de una rutina cíclica. “Me siento como un zombi”
- Sensación de vacío: “Mi cuerpo hace cosas, pero este cuerpo que ejecuta no tiene un contenido”
- Falta de alegría e ilusión.
- La familia, el trabajo y la rutina se transforman en una prisión.
- Tendencias evasivas.
- Delegar decisiones importantes.
Los factores de la pérdida de identidad.
- Introyectos: Conjuntos de normas recibidos a lo largo de nuestra vida y que nunca nos hemos cuestionado, pero bajo las cuales vivimos y tomamos decisiones: por ejemplo, si durante toda mi vida me han dicho: Julieta, eso TU no sabes hacerlo, y esto me lo han repetido hasta el cansancio ¿Realmente no se hacerlo o me han enseñado a no saber?
- Confluencia: En estos casos los límites entre el individuo y el mundo externo no están claros: ya no soy yo quien me define, sino es el mundo externo quien lo hace:
- Resistencia a nuevos roles: La llegada de la maternidad o paternidad es un momento complejo, el paso de la adolescencia a la adustez, la pérdida de un ser querido, la incorporación en nuevo puesto de trabajo, etc. Estas transiciones vitales requieren un tiempo de aprendizaje. Debemos encontrar y consolidar nuestra propia identidad dentro de estos nuevos roles
- Yo ideal: Cuando actuamos de acuerdo a todo aquello que me gustaría ser y no de acuerdo a lo que realmente soy. En estos casos creamos una identidad ficticia que se acerca a nuestros cánones de perfección, pero que con el tiempo restan libertad y nos alejan de nosotros mismos.
- Expectativas de los demás: Situaciones en las que empiezo a comportarme en función de lo que los demás esperan de mi, en lugar de ser quien realmente soy. Estas situaciones, sostenidas en el tiempo nos terminan obligando a llevar una serie de máscaras, que ocultan y terminan por extinguir nuestra propia identidad.
- Pérdida de identidad en la pareja, En el marco de la pareja todas las decisiones son compartidas y en este deseo de compartir es muy fácil perderse o fundir la identidad con la de mi pareja. Más información es este enlace.
- Situaciones de maltrato, en estos casos la pérdida de identidad es gradual y esta íntimamente relacionada al miedo acerca de lo que digo, lo que hago, como lo hago y quien soy.
¿Cómo recuperar nuestra identidad?
- Duelos: Los procesos de duelo juegan un papel fundamental en esto procesos, ya que es necesario cerrar situaciones, o roles del pasado para poder ajustarme a la persona que soy en el presente
- Reevaluación de nuestro sistema normativo: Nosotros tenemos normas para todo: ¿Qué valor tiene el dinero? ¿Qué es el amor? ¿A que dedico mi tiempo? ¿Qué necesito?, etc. Este sistema normativo debe ser consiente y estar actualizado.
- Dedicar nuestro esfuerzo a la construcción de un Yo Real y no a la construcción de un Yo Ideal.
- Entrenarnos en aumentar la autoridad que tenemos sobre nosotros mismos, en contraposición con la autoridad que los demás tienen sobre mi, esto quiere decir construir un criterio de acción igual de válido que el de los demás.
- Dejar de vivir en función de lo que se espera de mi para empezar a vivir en función de lo que quiero o necesito sin tener que pedir permiso, ni excusarme por ello: Esto requiere la construcción de un eje muy sólido.
¿Por qué es importante tener una identidad sólida?
La identidad como sentimiento de pertenencia a mi misma, me permite tomar decisiones y actuar con libertad y bajo mi responsabilidad.
Nuestra identidad es uno de los elementos más valiosos que poseemos los seres humanos, ya que es nuestra brújula para vivir.
Mi nombre es Julieta Domenicone, soy Licenciada en Psicología por la Universidad Autónoma de Madrid y trabajo como psicóloga en granada.
Si tienes cualquier duda sobre este tema, no dudes en pedir una cita y la intentaré resolver.