Cartas de pacientes
Diría que gracias a Julieta he evolucionado y crecido en todas las facetas de mi personalidad. No sería la que soy sin ella.
Llegué a ella perdida. Mi trabajo con ella ha tenido diferentes etapas, hace ya 12 años… Todos los procesos de madurez que he ido pasando han estado acompañados de lo que he aprendido con ella. Aún hoy, que no hago terapia, todo lo que aprendí en su consulta sigue trabajando en mí.
Sostenía el espejo en el que me obligaba a mirarme de una manera firme pero a la vez cercana y cálida.
Es además una persona activa y creativa, y así es su manera de trabajar. Además, siempre me sorprendía. Con nuevos trabajos, nuevas manera de mirar y todo lo que me hacía descubrir en mí.
Mi agradecimiento no cabe en estas 138 palabras.
DOS AÑOS CON JULIETA.
Cuando lo pienso, no me lo creo, ya han pasado dos años desde que conocí a Julieta. Si tengo que poner una palabra a estos dos años con ella supongo que seria crecimiento . Aunque para ser justos creo que una sola palabra no podría definir todo lo que siento. Para ser justos necesitaríamos algunas palabras mas, como cercanía, conexión, lealtad, confianza, profesionalidad, aprendizaje, conocimiento, y muchas mas que se me quedan en el tintero y que harían mucha mas justicia de las que he puesto.
Han sido dos años duros de mucho trabajo, con ella y conmigo mismo. Lo que si tengo muy claro es que no soy el mismo que hace dos años. Y que he crecido, mucho. De este crecimiento tiene mucha culpa Julieta.
Gracias por acompañarme y seguir en mi camino personal.
” Son bastantes las ocasiones en las que he tenido la oportunidad de que Julieta estuviera al frente de trabajos en mi proceso terapéutico. Cada vez, ha mostrado una gran profesionalidad y calidad humana. Agradecida, siempre por su buen hacer.
Julieta,
Tus explicaciones, a menudo son una clara representación de lo que vivo y de que pasos debo dar.
Siento que me abres la mente, tienes una preparación profesional que te permite ver mas allá de lo que nosotros mismos vemos.
Me siento muy bien en este proceso contigo,
Gracias!!!!
Es posible que ir a un psicólogo, en nuestro entorno social del “día a día”, tenga ciertas connotaciones negativas. Etiquetas y prejuicios que, por mucho que queramos apartar, nuestro alrededor parece que ha tatuado en nuestro cerebro e intentan siempre acompañarnos.
Pero también hay veces en las que las personas deseamos o incluso necesitamos dirigir una mirada adentro de nosotros mismos y conectar con lo más profundo de cada uno para sosegar algo que nos alarma, algo que nos remueve por dentro o simplemente para aprender herramientas que nos reconduzcan por donde queremos ir, que no es tarea sencilla… y entonces la palabra “psicólogo” toma un matiz diferente, un matiz que es el que yo quiero mostrar a través de mi breve testimonio.
Julieta es la primera psicóloga a la que yo he ido en toda mi vida. Y es curioso porque ahora, que ya llevo unos años conociéndola (y ella conociéndome a mí), me doy cuenta de cuántas veces a lo largo de ésta me hubiese venido de perlas que alguien como ella me hubiese echado un cable. Los dos momentos en los que he estado trabajando en su consulta han sido bien diferentes pero con un fondo común: se ha transformado en el motor de mi cambio, mi guía, en ese abrazo que te envuelve y en esas manos que te sostienen para alzarte a volar.
Si tuviese que elegir una palabra que definiese mi experiencia con ella sería “construcción”. Y es que, un psicólogo y, concretamente, Julieta, se despoja de todos sus tintes grises y prejuicios para convertirse en esa “caja de herramientas” que todos necesitamos llevar con nosotros y que de su mano pasa a la nuestra propia.
Cartas de pacientes
Julieta, hacerte un breve texto y que lo haga yo, como bien sabes, no van de la mano, al menos, en lo de BREVE, y aún más si es para hablar de ti, ya que para mí cada sesión es un disfrute y a la vez, un paso más de crecimiento personal.
¿sólo un año? No me creo que en tan sólo un año, hayan pasado tantas cosas, sobre todo buenas y lo que he ido creciendo en todo este tiempo junto a ti. Me conmueve y emociona
Julieta eres para mí la luz que me ha guiado en mi crecimiento personal, que tan estancado estaba y a la vez, disfrutando de cada sesión tanto como la anterior. Eres una mujer muy profesional, te encanta tu trabajo. Un placer trabajar contigo.
No puedo cerrar esto sin decirte que cada vez que recuerdo alguna frase tuya de una sesión, no puedo evitar sonreír y a veces, incluso reírme sólo. Es maravilloso estar contigo en individual.
Gracias al trabajo de Julieta puedo enfrentarme a mi propia mirada con cierto orgullo porque no dejo mi vida en un simple transcurrir.
Cuando acudes a un centro de psicología no solo llevas tu problema: Te llevas a ti, la parte mas interna de tu ser queda expuesta y con Julieta, esta sensación de “desnudez” no supone un problema gracias a su profesionalidad, calidez, respeto y cercanía.
Su gran capacidad de entrega con el paciente, así como su versatilidad y calidad humana hacen que trabajar con ella sea una apuesta segura.
Como dijo Isaac Newton: “Si he logrado ver mas lejos ha sido porque he subido a hombros de gigantes”
Estaba pensando en lo mucho que he avanzado en estas ultimas sesiones, lo que disfruto en general contigo y con los pasos que voy dando en mi vida. Me hace sonreír ampliamente y me siento genial!!!!
Quiero darte las gracias, es un placer que me acompañes en mi camino hacia la persona que puedo llegar a ser, es maravilloso, tu eres maravillosa en todos los sentidos.
Me encanta lo que aprendo contigo y aun queda mucho y seguiré disfrutando de cada sesión. ¡GRACIAS!
Mi interés por la psicología y por su aplicación al “vivir bien”, me ha hecho conocer diversas corrientes y darme cuenta de que la que más se adapta a mis gustos y necesidades es la terapia gestáltica, por lo que llevo bastantes años de mi vida recibiendo este tipo de terapia y he tenido la inmensa fortuna de conocer a los mejores y más experimentados y de participar en talleres terapéuticos organizados por ellos. En los últimos años, y porque la fortuna me sigue sonriendo, he tenido la suerte de participar en talleres coordinados por la terapeuta Julieta Domenicone. Julieta es una terapeuta que va más allá; aglutina y pone al servicio de sus pacientes todos sus conocimientos y práctica, no solo de psicología sino de interpretación, expresión corporal, música, danza y cualquier otra herramienta que considere oportuna en un momento determinado. Además, posee la habilidad de saber qué herramientas utilizar con cada persona y en cada situación. Ella puede ser la más dura y la más tierna, la más fría y la más emotiva… cualquier cosa para conseguir que el paciente entienda, acepte, interiorice y en definitiva aprenda a vivir mejor.
Julieta, quiero darte las gracias también por tu energía, por tu fuerza incansable, por tu respeto en todo momento, por tu saber llegar al fondo de las personas y de sus problemas… por ser tú. Definitivamente, si no estuvieras aquí, habría que haberte inventado.
Cómo hacer para resumir mi proceso contigo mi querida Julieta…se me viene a la cabeza varias palabras sobre todo y la primera “agradecimiento”, además de acompañamiento, sostén, crecimiento personal, eje, seguridad y vuelo.
Agradecimiento porque estaré eternamente agradecida a ti, por ser mi mayor apoyo, mi guía y la persona que más me ha sostenido cuando las fuerzas no bastaban, por haberme levantado cuando estaba abajo, por haberme escuchado y por haberme proporcionado tantas herramientas que han hecho tanto en mi… y también agradecida a la vida por tener la inmensa suerte de ponerte en mi camino desde el minuto cero.
Hay veces que la vida te da un revés, cuando menos te lo esperas, te quedas congelado, no sabes que pasa y el dolor te inunda, incapacitándote y limitándote; mi proceso contigo ha sido fundamental para levantarme y afrontar éste y muchos reveses que me pueda lanzar la vida. Has sido fundamental porque me acompañaste y me guiaste, no estuve sola, me proporcionaste tantas herramientas para seguir caminando y caminando, aunque el camino no era fácil; y además lo has hecho con tanta humanidad, delicadeza, respeto y desde valores tan importantes para mí, como el amor, la confianza, la comprensión, la empatía…y con tu gran profesionalidad plasmada en tantas y tantas sesiones… me he sentido acompañada por ti en todo momento.
Has sido un sostén porque me has dado los recursos para poner mis propias redes y no dañarme en demasía al caer, para colocar todo lo que hay dentro de mí, para cambiar mis creencias, para afianzar mis valores, mis límites, para que mi autoestima se multiplique por mil y todo gotita a gotita. Ahora sí que puedo entender lo que llaman “crecimiento personal”.
A tu lado y con todo lo que me has proporcionado he crecido y siento orgullo, no ha sido fácil no, no, no…, ya que este crecimiento ha sido desde las tripas (desde el dolor) hasta la inteligencia, como una vez me explicabas.
Me has enseñado a mantenerme en “eje”, a estar en mí, algo tan inalcanzable, y que ahora empieza a ser más simple, siento el tener algo que desde siempre ha sido importante para mí y no conseguía…la seguridad en mi misma, y es tan placentero sentirlo. Contigo he ido subiendo hacía arriba, subiendo subiendo tan poco a poco que yo no me daba cuenta… y me hablabas de la sensación de libertad cuando se crece y yo no lo entendía, no lo sentía…pero un día llega y te sientes libre, sientes sensación de libertad, de decidir por ti misma, de que eres dueña de tu vida, que gran regalo¡
Oh¡ Julieta para mi has sido muy importante en mi camino, en mi proceso, por tu profesionalidad, tus grandes conocimientos, tu forma sencilla de hacer las cosas, tu cercanía, tu coherencia, tu transparencia, tu confianza, tu rigor…
Te estaré eternamente agradecida por haber hecho que crezcan en mí estas alas que me hacen alzar el vuelo tan alto, donde puedo ver la vida desde otra perspectiva desde otra altura y donde puedo mirarme a mí, orgullosa de ser quién soy, de mi forma de caminar por la vida y de elegir como quiero vivirla.
Hoy la tormenta se aplacó, las aguas corren con fluidez por cauces firmes, la serenidad va llegando, la vida fluye, la felicidad se vislumbra y va inundando a grandes pasos y al frente de todo está la misma mujer con su misma esencia, pero una mujer que ha crecido, ha evolucionado, con más conciencia, con más recursos interiores y sobre todo una mujer que tiene el timón de su vida.
Gracias Julieta!
Logró que mi hermano saliera del pozo. Acertó donde otros profesionales habían fallado antes.
Personalmente he participado en sus talleres terapéuticos y respondo por su profesionalidad.
Confío plenamente en ella.
Julieta, quiero darte las gracias también por tu energía, por tu fuerza incansable, por tu respeto en todo momento, por tu saber llegar al fondo de las personas y de sus problemas… por ser tú. Definitivamente, si no estuvieras aquí, habría que haberte inventado.
Cartas de pacientes
Julieta me ha acompañado para observar y sentir, para comprenderme y comprender a los demás, para curar y para construir.
Me ha ayudado a encontrarme conmigo mismo y a lanzarme cada día a la aventura de vivir.
“Poner en manos de alguien el crecimiento personal de uno es una decisión que jamás debería tomarse a la ligera. Es difícil describir lo afortunado que he sido al encontrar en mi camino a una terapeuta como Julieta Domenicone.”
Desde el primer momento, me transmitió su extraordinaria humanidad y me generó una gran confianza.
Muy aguda y rápida, no duda en integrar y poner en juego todos los recursos posibles para hacerte comprender y sentir como tus conflictos y miedos pueden ir desapareciendo.
He tenido la fortuna de ser paciente en sus talleres terapéuticos, junto a su maestra Julia Atanasópulo y me sorprendió su excelente dinamización y coordinación grupal, así como su gran profesionalidad y su inmensidad como ser humano.
Gracias, es poco.
Joven y excelente terapeuta.
Dos personas de mi entorno han salido adelante gracias a ella.
entonces
no te quedes conmigo.
No te salves, es uno de los poemas que Julieta me leyó cuando comencé mi proceso de terapia con ella. Y creo que define muy bien cuál ha sido el trabajo de estos casi 6 años.
Me quedé con ella.
¿Cuanto ha cambiado mi vida en este tiempo?
Mucho.
Acudí a ella por un problema laboral, pero al poco surgió el deseo de cambiar de vida. No era la primera vez que acudía a un psicólogo. Pero sí fue la primera vez que pensé que tenía una oportunidad, una oportunidad de cambiarlo todo.
Y se sucedieron los cambios. Cambió mi cuerpo. Y también la mirada que yo tenía de mi mismo. Luego cambió mi mente, mis relaciones en el trabajo. Las relaciones familiares y con mis amigos. Gané confianza…
En fin, muchos cambios. Grandes cambios. Y sin embargo no tengo la sensación de haber adquirido nada o cambiado realmente, sino más bien lo contrario. De quitar, de quitar todo eso que sobra y que no sirve. Creo que ese es el trabajo de Julieta. Una escultora. Alguien que va con su cincel, golpeando esas piedras que nos ocultan, invitándonos a descubrir quién se esconde realmente tras de nosotros.
Y en este proceso, en este trabajo sobre la piedra que ella hace es dónde comienza mi admiración, y mis envidias. Porque sabe siempre el lugar dónde golpear, ese que menos esperas. Porque no te rompe con sus golpes, sino que siempre tiene la precisión adecuada. Porque no entiende de horarios, y al igual que un artista, no interrumpe su trabajo hasta acabar. Porque es generosa, y aunque no hay dinero para pagar su arte, no por ello dejó de brindármelo. Porque es valiente y no le asustan los riesgos, y uno realmente siente que está contigo. Porque es la persona más inteligente y sabia que conozco.
Julieta ha sido y es. Motor y brújula. Un motivo para avanzar, el timón que hace que no pierda el rumbo. Es el mapa que me indica donde estoy , la ruta que debo seguir. Un puerto en mis naufragios. Alguien con quien aprender: a caminar, a bailar con la vida y con sus miedos. Alguien que te alienta, te apoya, te opone algo a veces. Alguien que te deja en completa libertad, y te obliga sin embargo a ser plenamente lo que eres.
Trabajar con Julieta significa asumir riesgos. Habrá momentos en que tendrás que lanzarte al vacío, momentos en que tendrás que decidir si abrir las alas o seguir cayendo. O quizás prefieras quedarte inmóvil al borde del Vacio.
Pero no será ella quien te empuje. Será tu decisión. Y como ella dice: La felicidad…es una decisión.